La realidad es que somos amantes de hacernos la manicura, nos encanta este momento tuyo, en el que te relajas, te pones guapa y te dedicas un tiempo a tu cuerpo y a ti misma. Pero nunca encontrábamos un sitio, donde nos sintiéramos como en casa, nos trataran con cariño y delicadeza y nos hicieran sentir que ese era mi momento especial de la semana. Empezamos a descubrir la tendencia slow beauty y a raíz de ver que los esmaltes contenían tóxicos como el Tolueno, que ayuda al secado rápido de las uñas pero afecta al sistema endocrino empezamos a preocuparnos como esto podía afectar realmente a nuestra salud. Y nos surgió la idea de crear un nailbar, con esmaltes y productos ecológicos, donde todo el proceso sea exclusivamente con productos ecológicos y en un entorno cálido, cuidado y sostenible. Porque al fin y al cabo, si nos cuidamos por dentro eso refleja en nuestra imagen.

Abrimos en mayo de 2017, en Sant Cugat del Valles, a 20 minutos de Barcelona. Buscamos dar todas las facilidades a nuestros clientes para que puedan cuidarse en un entorno exclusivo y eco friendly.

Siguiendo nuestra filosofía, queríamos integrar la experiencia L’Ecologique en un entorno relajante, natural y amigable. Por eso, decidimos desarrollar el concepto para nuestra idea integrando materiales sostenibles y ecológicos en el espacio, en concordancia con nuestros productos de cosmética. Para la decoración del local se reutilizaron materiales, usamos tejidos naturales, pinturas ecológicas y mobiliario vintage.

En todo nuestro centro hemos utilizado la madera de pino y platanero recuperada, muebles vintage reutilizados para una nueva función y telas de lino, algodón y arpillera en tonos naturales. La iluminación y confort también han sido clave en el diseño para crear una atmósfera confidente y relajante.